Skip to main content

Entretenido encuentro formativo de Raúl Arribas y Dani Toribio en nuestro Ciclo de Empresas

Raúl Arribas, gerente de Grupo Dental Domenech y ex futbolista alfarero, acude a una interesante charla con nuestro centrocampista Dani Toribio en la que conversan sobre diversos aspectos relacionados con el mundo empresarial y las posibles salidas profesionales que puede tener un futbolista al término de su carrera deportivo. Hay algo que los dos consideran clave y es el tener una precisa y permanente formación en un mundo cada vez más competitivo. Así transcurrió el encuentro entre ambos.

 

 

Raúl se interesa por el comienzo de Toribio en el fútbol.

 

Toribio: Son muchos años ya en este deporte. He estado rodando en muchos clubes como son el Barça, Málaga, Ponferradina y Murcia… entre otros equipos.

 

Raúl: Yo estuve jugando en el Palamós en el año 91. Los que salíamos del filial del Espanyol, los que no estábamos para subir al primer equipo, nos llevaban allí. Después volví al Espanyol, con Camacho. Tras ello me vine al Leganés y ya me he quedado a vivir aquí, donde he formado mi nueva vida.

 

Raúl: ¿Cómo te planteas el futuro?

 

Toribio: La verdad es que no me he planteado el futuro, no me gusta pensar en el más allá. Me gusta vivir el día a día, porque todavía no veo cerca que se acabe mi carrera. Pero he de decir que hago otras cosas a parte del fútbol.

 

Raúl: Nunca ves el final hasta que llega un momento que el fútbol te deja. Cuando te quedas fuera de lo que has hecho durante veinte años y ojala estés hasta los 40, pero hay que saber reinventarse después del fútbol, porque todos los que hemos jugado a este deporte luego queremos continuar ligado a ello.

 

 

Toribio: ¿Te costó mucho?

 

Raúl: Sí. Yo me retiré aquí en el Alcorcón con 39 años, antes de que el equipo subiese a Segunda División. Hay un momento, cuando pasas de estar todos los días en un vestuario a de repente salir, que no te ubicas ya que el cambio es muy complicado, a no ser que lo tengas muy claro. En mi caso, la transición fue relativamente sencilla porque en mi último año estaba ya con el proyecto de las clínicas dentales, pero no obstante fueron seis meses, antes de que empezáramos a funcionar, que te encuentras un poco raro. 

 

Toribio: ¿Y sigues con esa misma motivación?

 

Raúl: Sí,  de hecho estas reuniones son muy válidas para ambos. El vestuario es una empresa con las diferentes connotaciones, pero al final se trata de gestionar, motivar y saber delegar en el grupo. El funcionamiento del vestuario es prácticamente igual que una empresa, con las distintas historias, pero gestión de recursos humanos es lo mismo. Tú ves a los mismos tipos de personajes en una empresa que en un vestuario: el que es líder, el que está todo el día quejándose, el que trabaja por el grupo.

 

Toribio: ¿Tienes algo que digas, “esto me funciona y siempre lo llevo a la práctica”?

 

Raúl: Yo creo que la mano dura no es buena. Hay que encontrar el punto de ser autoritario pero sin ser agresivo. El primer ejemplo lo tiene que dar el que impone la orden. Por ejemplo, si entrenas a las diez y llegas diez minutos antes no darías un buen ejemplo, sobre todo a la gente joven. Si tu llegas una hora antes de que comience el entreno, te tratas, preparas tu material… en una empresa es igual. Tenemos que ser los primeros en dar ejemplo. Yo, si tengo un cliente a las diez, tendré que llegar mínimo media hora antes para dejar todo preparado. Yo esperaré al cliente no el cliente a nosotros, ellos son nuestros jefes. Es lo mismo en el vestuario, cuando una cosa se aprieta tienes que coger a los chicos y hablar con ellos para motivarles. Si te ven un capitán no solidario, los futbolistas no te seguirán, por eso el capitán tiene que dar ejemplo, igual que el jefe de una empresa.

 

Toribio asiente, cuando las cosas van bien todo es una rueda. Lo importante es cuando va mal, que hay que tirar de todo el mundo. Pero normalmente, si coges un buen grupo de trabajo, es mucho más sencillo llevarlo todo a cabo. Siempre hay alguno que se va deshilando, pero eso es como todo. Si ve que va todo encaminado, al final se engancha también y vamos todos de la mano.

 

Raúl: El grupo siempre da puntos, si el vestuario está unido y es fuerte, pasas un año estable.

 

Tengo muchísimos compañeros que no pueden meterse en el fútbol porque es muy complicado. Unai Emeri, ex compañero mío, hay uno entre un millón, los demás colaborando con intermediarios, fastidiados todo el fin de semana de lado a lado… No estás acostumbrado a eso, por lo que hay que preparar al futbolista y orientarle por un camino para que no se vea vacío. El 85% de los futbolistas que han sido profesionales al quinto año suelen estar arruinados. Por eso hay que readaptarse muy bien.

 

Toribio: Es que la vida en el fútbol pasa muy rápido por eso hay que saber aprovecharla y vivirla al máximo, pero siempre con cabeza porque hay que saber, como bien dices, que no nos dura toda la vida.