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El camino hacia Alcorcón de Dani Hernández

Daniel Hernández Sevilla (26/03/1996, Palencia) es uno de los guardametas del Alcorcón B de esta temporada. Hablamos con el palentino después de un entrenamiento para conocer detenidamente su recorrido hasta llegar a nuestro Club, con el hándicap de partir de una pequeña ciudad y tener que “hacerse mayor” de forma prematura para cumplir su sueño de ser futbolista profesional.

Como tantos otros chicos, Dani comenzó a hacer deporte en el colegio: “Eran actividades extraescolares y alternaba baloncesto y fútbol”, cuenta el de Palencia quien pronto se decidió por el fútbol aunque la toma de decisiones no se había detenido ahí: “En prebenjamines, benjamines y alevines jugaba de portero y de jugador. Media parte la jugaba de portero y otra de jugador, daba igual la posición: extremo, mediocentro, delantero, el caso era divertirse aunque reconozco que no se me daba mal”, explica.

Ya en categoría alevín tuvo que definirse por una demarcación para lo cual vivió un momento clave: “En alevín de segundo año me llamó la selección de Palencia y aquella vez fui con los guantes por si acaso porque no sabía en calidad de qué me habían llamado”, apunta Dani quien tomó la decisión porque por su cabeza pasó el pensamiento de que “si me han visto bien de portero a lo mejor me tengo que decidir por ser portero”, recuerda. Como alevín de segundo año su compañero portero se lesionó “ya jugué siempre de portero y, además, jugué el Campeonato de España Sub-12 con Castilla y León en La Coruña”.

Su equipo desde pequeño fue el C.D.F. Padre Claret, “que era el equipo de mi colegio, tenía un equipo federado y jugábamos contra la Ponferradina y equipos de entidad”. Dani Hernández recuerda que “tuvimos una buena generación, éramos niños y niñas de la misma clase y aún así conseguíamos muy buenos resultados. Algunos íbamos a la Selección de Castilla y León, a la de Palencia, incluso más adelante una chica fue con la Selección Española. Competíamos cara a cara con el Club más grande de Palencia, la CIA (Club Internacional Amistad) que ha sacado muy buenos jugadores", cuenta el palentino.

Para Dani resulta "muy importante que tuviéramos un entrenador que había sido profesional del fútbol, Óscar López, de quien aprendimos muchísimo. Yo me veía mejor", asegura el portero quien recuerda que "una vez que acabábamos el colegio nos quedábamos sin equipo y entonces muchos se iban a la CIA". Sin embargo, el camino de Dani iría por otro lado: "Después del Campeonato de España me llamó el Real Valladolid y fui a jugar un torneo a Lugo. No tenía nada que perder. El torneo salió bien y mi primer equipo de fútbol 11, ya en infantiles, fue el Valladolid".

Con tan solo 13 años, Dani se vio ante la responsabilidad de ir desde Palencia hasta Valladolid tres veces en semana: "Estuve así durante tres años", comenta el guardameta quien cuenta que "tardaba 45 minutos hasta la estación y luego otra media hora en cruzar Valladolid. Mi padre, que es arquitecto, no podía llevarme aunque después del entrenamiento, a las 10 de la noche, me iba a buscar. Hacer eso con 13 años te permite madurar y te curte". El palentino recuerda cómo "aprovechaba todo el tiempo que podía para estudiar porque se me hacía complicado".

Durante esa etapa, el por entonces Dani infantil "aún no llegaba ni al larguero y mis compañeros porteros solían ser más grandes que yo. De puerta no sacaba muy largo y no jugaba los partidos importantes", cuenta el meta amarillo quien, al año siguiente, siendo cadete de primer año, "veía mal la situación porque seguía sin residencia, me dejaron en el Cadete B cuando al otro compañero le subieron al A pero la verdad que jugué bastante, teníamos muy buen grupo, mi entrenador –Chuchi Macón, ex-futbolista del Valladolid– confió mucho en mí y además pegué el estirón", relata recordando aquellos momentos.

En su cuarto año en Valladolid, ya como cadete de segundo año, Dani entró en la residencia de Pucela, "fui con la Selección Sub-16 de Castilla y León con la que tuve experiencias muy bonitas", una selección con la que, en juveniles y después de jugar sus tres años en División de Honor, "tuve la suerte de jugar la Fase Final del Campeonato de España en 2013 aquí en Cotorruelo donde jugamos frente a Madrid".

Dani Hernández reconoce que "después de nueve años yo ya me había hecho la idea de que iba a estar toda la vida en el Valladolid", pero algo sucedió en su última teporada en Pucela para que cambiara su sensación: "El año pasado en 2ªB jugué la primera mitad de la temporada y con el equipo casi salvado dejé de jugar lo que me bloqueó mentalmente", reconoce Dani quien confiesa que "hablando con el psicólogo del Club -David Rincón- me recomendó salir y cambiar de aires".

Una nueva etapa se abría en la carrera deportiva de Dani quien afirma que "tenía muchas ofertas de 2ªB pero me llamó Julio (Velázquez) y Miguel Ángel Baltanás, que me conocían de verme en el Valladolid, y me hicieron una propuesta que me gustó". El portero palentino no lo dudó: "Después de tantos años en Valladolid, venir aquí era algo nuevo para mí. Nunca había estado en otro Club, no conocía otro vestuario", aunque cuenta que "a Felipe le conocía porque cuando yo era infantil de primero, él era cadete de segundo y cuando viajábamos los dos juntos coincidíamos. Entonces al principio me apoyé en él", reconoce.

En Alcorcón Dani se encontró "un vestuario muy distinto al del filial del Valladolid" y manifiesta que "aquí es todo más humilde, los jugadores incluso trabajan y eso en Valladolid es impensable, allí todos tienen en la mente ser futbolistas profesionales y aquí es un ambiente con menos presión en el que el futbolista disfruta y es feliz más sin obcecarse tanto con ser profesional".

Estudiante de psicología, Dani sueña con seguir creciendo en Alcorcón: "Me gusta mucho estar aquí, veo mucho fútbol, me gusta visitar sitios nuevos e intento aprovechar el tiempo", asegura el palentino quien avisa que el Alcorcón B "va a estar peleando hasta el final porque somos un grupo muy ambicioso", sentencia.