Skip to main content

Nuestros veteranos Alvarado y "Cuque" nos llevan a la década de los 80 y 90 en la A.D. Alcorcón

Siguiendo con las entrevistas a nuestros ex jugadores y veteranos de la A.D. Alcorcón, llega al turno para dos maravillosas personas, como son José Luis García Alvarado y Javier Cuquerella. El primero, actual entrenador del equipo de la Asociación de Veteranos de la A.D. Alcorcón, ya tomó las riendas del primer equipo en la campaña 1987-88 (últimos meses) y 1988-89, en Tercera División, y previamente también dirigió al Juvenil B y A.

Por su parte, Javier Cuquerella, alcorconero de nacimiento, ingresó en las categorías inferiores de nuestra entidad en 1993, por mediación del mítico Rafa Juanes. Ya con la primera plantilla debutó con Luis Casi y la temporada siguiente se afianzó con Víctor Parra. “Cuque” ocupaba la posición de central o de libre, “según el sistema y cómo se plantease el partido”, señala.

Aunque ninguno de los dos coincidió a la vez en el Alcorcón, sí vivieron situaciones parecidas. Y es que en la década de los ochenta y noventa nuestro club no pasaba por su mejor momento económico. Pese a ello, ambos destacan que la implicación de jugadores y directivos era la máxima para que el barco siguiese adelante. Alvarado afirma que lo que más le sorprendió de su época como entrenador alfarero fue “el trabajo de los futbolistas. Entrenábamos cuatro días a la semana, por espacio de algo más de dos horas, en campo de tierra y no siempre teniendo la certeza de cuándo se iba a cobrar, aunque es verdad que el club nos proporcionaba las botas y otro material deportivo. Está claro que lo que unió al grupo fue la gran pasión por esta institución”, subraya.

Cuque también vivió algo parecido a mediados de los 90: “La mayoría de los jugadores estudiábamos o trabajábamos. Es cierto que cobrábamos algo pero lo que primaba era la ilusión y el que fuésemos una familia, contando con una afición no muy numerosa pero sí muy fiel”, recalca.

Y aunque como manifiestan, no fueron buenos momentos institucionales, la pasión y la ilusión por defender el escudo alfarero siempre les acompañó, hasta tal extremo que Alvarado no disfrutó de su luna de miel “porque había que jugar. Mi mujer lo entendió porque ella también es una apasionada del club”, afirma con una sonrisa. Para Javier, jugar en la A.D. Alcorcón “fue lo máximo como deportista, un orgullo defender al equipo de tu ciudad y poder decir que has formado parte de su historia”, apostilla con satisfacción.

Nuestros protagonistas siguen echando la vista atrás, rememorando aquellos años, difíciles “y, a la vez, tan bonitos”, matiza Javier. Recuerdan el campo de tierra de Santo Domingo “de los mejores de la categoría, y con un drenaje perfecto, gracias al magnífico trabajo del personal de mantenimiento, que se podía pasar horas y horas con el rastrillo para eliminar el agua de la lluvia y dejarlo en perfectas condiciones”, explica José Luis.

Preguntado por ese momento que nunca olvidarán con la A.D. Alcorcón, rápidamente salen a la luz numerosas anécdotas y no es sencillo quedarse con una sola. Si tuviera que escoger una, Alvarado refiere un partido que jugaron con el Juvenil ante el Castellón: “Ganamos 2-3 y se hizo un gran partido. Salió todo lo trabajado durante la semana, con un grupo con el que llevaba tiempo trabajando, casi todos de Alcorcón. Fue también una manera de sentirnos en el ámbito profesional”, rememora con cierta emoción.

Javier nunca olvidará el ascenso a Tercera División que vivió en Vallecas “a doble partido y que conseguimos ganar allí a la vuelta. Fue increíble, con momentos de una emoción tremenda y que siempre llevaré en mi corazón”, asegura.

Volvemos a hablar de fútbol, y debatimos sobre si ha evolucionado o no. El mister, Alvarado, considera que “el fútbol es un deporte tan bien hecho que pienso que ha habido poca evolución. Lo que más se valora es la rapidez de juego. Es lo que te da mayor nivel o no y esto varía también en un terreno de juego u otro. Al igual que la condición física, marca diferencias, como el tema técnico, táctico y psicológico. Yo valoraba esas 4 funciones y que los jugadores fueran lo más profesionales posible dentro de sus posibilidades”, afirma.

Cuque afirma con la cabeza las palabras de Alvarado y añade que “ahora son atletas. La diferencia es el físico se nota mucho para bien y para mal.  Los equipos están muy bien preparados, técnicamente están parejos y lo que marca las diferencias son los detalles”. “Sí”, afirma Alvarado, “el juego es conocimiento, velocidad en el cuerpo y cabeza, velocidad…eso te hace ganar o perder, ser un jugador de élite o no”, sentencia el mister.

El gusanillo por el fútbol nunca se pierde y tanto Alvarado como Javier forman parte activa de la Asociación de Veteranos de nuestra A.D. Alcorcón. Ambos están muy contentos por la labor social que se está llevando a cabo y José Luis reitera que están abiertos a que “cualquier futbolista con vínculos alfareros pueda unirse al grupo para seguir creciendo y desarrollando esta bonita labor social, porque estamos abiertos a colaborar con cualquier ONG que quiera contribuir a un fin solidario”.

Además, el pertenecer a esta pequeña gran familia que es la Asociación de Veteranos permite a sus integrantes desconectar de sus obligaciones diarias “para juntarnos un gran grupo de amigos, que además de hacer deporte y jugar al fútbol, nos permite vivir en un magnífico ambiente. Estamos deseando que llegue el jueves, día de entrenamiento, para poder vernos y pasar unas horas magníficas, al igual que cuando nos juntamos para viajar y jugar contra otros equipos”, apostilla Javier, ingeniero informático de profesión, quien añade que el mister, Alvarado “todavía nos da cera en los entrenamientos y de vez en cuando nos corrige alguna situación. Aunque estemos en una situación más distendida, a todos nos gusta competir y ganar”, a lo que Alvarado responde con un guiño de afirmación.

A punto de concluir la entrevista, nuestros protagonistas no quieren dejar la oportunidad de recalcar otro de los papeles fundamentales de esta Asociación de Veteranos de nuestra A.D. Alcorcón, como es el ser “un embajador más del club. Representamos a la entidad y hay que dejar muy buena imagen a todos los niveles. Eso lo hablamos siempre. Creemos que el respeto y el cariño lo teneos ganado, la gente nos llama fuera de Madrid por esa circunstancia, a base de trabajo y hacer las cosas bien”, concluye Alvarado.