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PRIMER EQUIPO

Con Arnal en el Alambique

Arnal llegó a la A.D. Alcorcón el pasado mercado invernal para tratar de ayudar en una de las facetas que más se le está resistiendo al equipo alfarero esta temporada, el gol. El delantero catalán anotó su primer tanto con la camisola amarilla la jornada pasada, demostrando así a lo que viene a nuestro club, “a competir al máximo y devolver con goles la confianza que el club y el cuerpo técnico ha puesto en mí”. Hablamos con Arnal en el restaurante “El Alambique”, saboreando deliciosos platos, mientras la tertulia sobre el fútbol ocupa el debate de la mesa. Su trayectoria deportiva, con experiencia muy grata en Chipre, su paso por la cantera del Espanyol y su amplia experiencia en Segunda División son los temas centrales que tratamos con un auténtico caballero dentro y fuera de los terrenos de juego.

Arnal LLibert Conde (Girona, 21/01/1980) comenzó relativamente tarde su relación con el fútbol, no en vano, no fue hasta los 14 años cuando se produjo su primer contacto algo más serio con el balón, y todo gracias a su madre: “Ella fue las que nos inculcó a los tres hermanos el practicar algún deporte. Al principio me llamó más la atención el baloncesto y el atletismo”, reconoce, “pero conocí a un entrenador de fútbol que fue quien me metió el gusanillo del fútbol y a partir de ahí comencé en esto”, apunta el delantero amarillo.

El primer año jugó en un equipo de su Girona natal y se hinchó a marcar goles, por lo que tras dos años depurando su estilo en una escuela de fútbol, le llegó a los 18 años su primera gran oportunidad de la mano del R.C.D. Espanyol. Nuestro protagonista recuerda que era “el boom de las canteras en España, la nuestra también era muy buena, las cosas se estaban haciendo muy bien y, de hecho, ganamos el campeonato al F.C. Barcelona. Paco Flores, por entonces entrenador del primer equipo, apostó decididamente por la cantera y ello incidió para que muchos futbolistas eligieran la cantera del Espanyol antes que la del Barcelona, porque había más posibilidades de llegar al primer equipo aquí”, recuerda. Su buena temporada con el juvenil perico le valió, la temporada siguiente, para subir al segundo equipo y tras esa campaña, varios futbolistas, entre ellos Arnal, subieron al primer equipo. Sin embargo, y para seguir cogiendo experiencia, nuestro protagonista fue cedido al Leganés, por entonces en Segunda División. Tras una buena campaña con los pepineros, en la que jugó muchos partidos y anotó 8 goles, Arnal volvió al Espanyol, pero Paco Flores ya no estaba con el primer equipo y la presencia de los canteranos decreció, por lo que el 14 amarillo decidió hacer las maletas y buscarse la vida con nuevos retos.

La Segunda División llamó a sus puertas de la mano del Elche, donde jugó “dos temporadas muy feliz y en las que guardo un gran recuerdo del club, la afición y la ciudad, incluso todavía hay una peña con mi nombre”, apunta.  Tras su paso por el conjunto ilicitano, su currículo se amplió en Lleida, Ferrol, Córdoba, Sant Andreu, Girona, “debutando con el equipo de mi ciudad y siendo capitán del equipo tras el ascenso a Segunda División”, subraya. El C.E. Sabadell fue el último equipo en el que jugó en España antes de marcharse tres temporadas a Chipre, decisión de la que se muestra “muy contento y que por supuesto, recomiendo a cualquier futbolista”, afirma.

Nueva vida y motivación en Chipre

 

Arnal reconoce que no hizo un buen año en Sabadell, a pesar de que los números indican otra cosa: “Perdí confianza y quería irme fuera para empezar de cero. Me llamó Jordy Cruyff y me fui al AEK Larnaka. La temporada fue magnífica, ya que jugué todo y anoté muchos goles. Me volví a sentir bien y con mucha confianza. Era un fútbol de menos intensidad que la Segunda División Española pero posiblemente con algo más de calidad, un fútbol en el que se disfrutaba. El jugador español está muy bien valorado fuera y es una buena oportunidad, además, para otro fútbol, nuevos compañeros, aprender idiomas, otras culturas, etc”. Su gran temporada le sirvió para que el Doxa, otro equipo de la Primera División de Chipre, le fichase ofreciéndole un contrato irrechazable por dos temporadas. Todo iba genial para Arnal, hasta que la crisis económica abofeteó al país chipriota y con ello la carrera de nuestro protagonista, quien de nuevo, tuvo que hacer las maletas.

Tras Chipre, vivió una situación que podríamos calificar como surrealista en su siguiente equipo, El Valetta de Malta. Arnal se entrenó dos días con el equipo y llegó a disputar un partido de UEFA, cuajando una gran actuación y dando la asistencia de gol para empatar con el F.C. Minsk. Pero al día siguiente, a la hora de firmar su contrato, se encontró con que las condiciones pactadas habían cambiado sustancialmente: “Me cambiaron casi todo, aunque reconozco que en parte también fue culpa mía porque fui sin representante”, señala. No solo eso, sino que tuvo que pagar una cantidad de dinero para rescindir con los malteses. El mes de agosto avanzaba y Arnal necesitaba no solo un equipo en el que jugar, sino también “un sitio para estar con mi mujer y mi hijo”. Y en esta situación apareció la U.E. Olot brindando a Arnal la posibilidad de jugar 4 meses en 2ª B con el equipo catalán. Llegó el mes de diciembre y nuestro futbolista contaba con alguna oferta buena de Estados Unidos y Noruega. A punto estuvo de aceptar una de ellas, pero la A.D. Alcorcón se interesó por sus servicios y acabó fichándolo para lo que queda de esta temporada.

En el equipo alfarero nuestro protagonista se ha sentido “muy bien desde el primer día, ya que es un grupo muy humano, familiar y además de conocer ya a algunos compañeros, Abraham (ex del club amarillo y actual jugador del R.C.D. DEspanyol) me habló maravillas del club y del vestuario”, recalca.

“Estamos seguros de que vamos a salir de esta situación”.

Afirma que sabía perfectamente a dónde venía y la complicada situación deportiva por la que pasa el equipo esta temporada, “pero no fue ningún impedimento para venir aquí, al revés. Ya he vivido circunstancias muy parecidas en otros clubes. Vengo a ayudar en todo lo que pueda al equipo, a dar lo máximo de mí aportando goles y trabajo, y a devolver la confianza que tanto el club como el cuerpo técnico han depositado en mí”. El delantero catalán, contento porque está contando con la confianza del mister,  estrenó su casillero goleador la jornada pasada ante el Murcia y confía totalmente en las posibilidades de la plantilla para solventar la situación deportiva: “Tenemos plantilla suficiente para no pasar apuros y un cuerpo técnico muy bueno. Bordalás es un gran entrenador, competitivo, motivador y que sabe manejar estas circunstancias difíciles a la perfección. Estamos totalmente convencidos de que vamos a salir de esta situación” subraya y destaca el papel importante de la afición: “Estamos notando que se está reenganchando y nos dan muchísimo apoyo desde la grada. Nosotros somos los primeros que queremos darles alegrías y motivos para que vengan contentos al campo. Las victorias son las que enganchan a la afición. Son muy importantes para nosotros”, concluye nuestro protagonista con una enorme y sincera sonrisa.