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#ADABase: Adrián Baamonde, pasión por el fútbol

Adrián Baamonde, pasión por el fútbol Gallego orgulloso de su tierra aunque residente en Madrid desde hace quince años, Adrián derrocha pasión por nuestro deporte. El preparador físico del Juvenil A suma su tercera temporada en la A.D. Alcorcón donde se siente “un privilegiado”.

Adrián Baamonde Carballido (Lugo, 29/11/1986) es una de esas personas que irradian energía positiva, de las que todo el mundo habla bien, con las que da gusto sentarse a compartir unos minutos de charla por todo lo que transmite en cada palabra y, sobre todo, un auténtico profesional de los pies a la cabeza.
En La Coruña, donde también residió, comenzó a darle al balón “con seis años en los campos de la Torre de Hércules a los que tanto cariño tengo”, cuenta Adrián. Después, motivos laborales de su familia le llevaron a recalar en Madrid hace 15 años. En Alcalá de Henares, donde reside, se dio cuenta que lo suyo era entrenar: “Estuve jugando desde alevines hasta aficionado de tercer año en el C.D. Avance pero rápidamente vi que jugar no era mi futuro”, explica Adrián con su sonrisa habitual. El lucense cuenta que “siempre me había gustado la preparación física y vi que mi futuro era complementarlo con el fútbol y encaminé mi vida para ello”.

Pasaron los años entre estudios y entrenamientos en clubes como el citado Avance o la R.S.D. Alcalá, a donde recaló “con un muy buen amigo y entrenador que se llama Toñín, un trotamundos que me ha ayudado mucho en el mundo del fútbol”. También tuvo experiencias al otro lado de la frontera madrileña, en Guadalajara, en el Sporting Cabanillas y el C.D. Azuqueca. Entonces llegó la oportunidad de la A.D. Alcorcón: “Venía un nuevo entrenador para el juvenil B, César Méndez, y creyeron que mi perfil podía cuadrar”, recuerda Adrián quien añade que “a las pocas semanas de empezar con el juvenil B, el juvenil A necesitaba también un preparador físico y subí con Navascués”.

Para Adrián, su llegada al Alcorcón “fue una oportunidad espectacular”. Y es que el gallego reconoce que “es un club del que me gusta su esencia, su identidad; un sitio de barrio con ambiente de fútbol. Tiene una buena situación con un primer
equipo en Segunda División y, para mí, es un auténtico privilegio y un gusto estar aquí. Es una gran familia y al final, esa pequeña semilla, se contagia y se va viendo en cada rincón del entorno”.

En estas tres temporadas en la A.D. Alcorcón, Adrián Baamonde ha vivido de todo. En su primera campaña, un descenso a Liga Nacional: “Fue año de cara A y cara B. Por un lado, yo llegaba con mucha ilusión y ganas de ayudar con mi formación y ambición. El equipo aquel, no solo por talento, sino también por calidad humana, me parecía espectacular. No tuvimos suerte”, lamenta Adrián quien cree que “se dieron circunstancias y dinámicas que eran negativas y empezaron a salir las cosas mal. El cuerpo técnico era gente espectacular con la que era un privilegio estar; los jugadores eran increíbles, sigo teniendo trato con ellos y nos quedó esa espinita de que, teniendo un muy buen equipo, no tuvimos esa suerte de salvarnos porque ese equipo por calidad humana y talento se lo merecía”, sentencia.

La temporada siguiente, en Nacional y con Pablo Nozal a la cabeza, el equipo dio un fantástico rendimiento recuperando la categoría sin excesivos problemas y disputándole la liga hasta el último partido al Real Madrid. El preparador físico gallego opina que “el aspecto físico es importante pero yo le doy más valor a la mentalidad” y argumenta que “cuando el equipo va bien, el equipo vuela, todos somos aviones, todo es refuerzo positivo, todo es optimismo... y al final eso se contagia”, asegura.

Adrián es para sus jugadores mucho más que un simple preparador físico: “Yo le doy mucho valor a las cosas de las que están pendientes los chavales por la edad que tienen. Es importante que dentro del equipo estén lo más a gusto posible no solo a nivel de fútbol; sino interesándote por sus cuestiones personales para comprenderles mejor y ganártelos. Al final no dejan de ser chavales y el tema mental es muy importante”, afirma.

El gallego reconoce que tiene dos caras. “Una vez entro en campo tengo una cara más estricta, más metódico, me gustan que las cosas salgan bien e incluso soy un poco loco pero luego tengo esa parte que cuando termina lo verde, me gusta cambiar el chip y me gusta que los chavales estén a gusto. Mi objetivo es que no me vean como un preparador físico sino que me vean como un tío que he podido ayudarles y ahí me siento bien. Si les enganchas, les convences, les explicas por qué haces unas cosas y no otras, el jugador está mucho más a gusto y le llegas más”, explica.

En el regreso a la máxima categoría juvenil, el inicio no ha sido sencillo. Según Adrián, “ha habido dos claves: Una que el primer partido lo juegas contra el “coco” de la liga que es el Atlético de Madrid que viene de ganarlo todo y, además, ha influido que muchos jugadores no habían jugado en División de Honor y no sabían a lo que se exponían”. Sin embargo, poco a poco los resultados están llegando: “El equipo se ha asentado, ha visto la realidad y que hay que trabajar mucho para conseguir los tres puntos y, poquito a poco, van saliendo las cosas”, comenta. Adrián quien sentencia: “Con Pablo (Nozal) es todo trabajo y con trabajo se puede llegar al objetivo”. ¿Y cuál es el objetivo?, preguntamos a nuestro protagonista. El lucense no duda de que “con confianza y con tranquilidad vamos a intentar ir consiguiendo los puntos y que se sigan dando las circunstancias para conseguir el objetivo que, ahora mismo, es la salvación”, responde.

Durante estas tres temporadas en la entidad alfarera, Adrián ha trabajado con jugadores que hoy día o bien están en el fútbol profesional o siguen en el Tercera División amarillo peleando por su sueño de llegar al primer equipo. “Es un regalo verles progresar”, manifiesta Adrián. Entre los referidos, Arribas “que es un gran jugador”, apunta Adrián, “o Soriano, Rodri, Cristian Molina... Gente que no solo tiene talento sino que tienen calidad humana; ver que van mejorando, van progresando, que siguen con esa ambición de seguir creciendo... Es lo bonito del fútbol”.

Tenemos que ir cerrando este enriquecedor encuentro con un magnífico profesional como Adrián Baamonde. Recién concluido el entreno con el Juvenil A, tiene que volver a Alcalá de Henares para continuar su jornada. La realidad de tantos y tantos profesionales que no se dedican a este deporte como tal y que deben compatibilizar diferentes tareas. Por ello, preguntamos a Adrián si su objetivo es poder vivir del fútbol. Su respuesta es clara: “Me encanta disfrutar del proceso. Me encanta el día a día. Me hace muy feliz el venir aquí; colocar, gestionar, organizar... me encanta el presente. El futuro nadie puede valorarlo. Los importantes son los jugadores. No miro más allá”, argumenta el preparador gallego quien, no obstante, reconoce que “todo el mundo quiere crecer, ascender; yo también soy ambicioso pero, insisto, me gusta disfrutar del proceso. Lo que tenga que llegar que llegue. Ahora mismo estoy super feliz con lo que hago, tengo mucho que mejorar y progresar y solo pienso en el sábado y en el semana a semana”, concluye.