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ADA B | Pistu y su pasión por el fútbol

Conocemos la carrera del bravo central vallisoletano del Alcorcón B, un futbolista con las ideas muy claras.

Iván Jorge Vegas (Valladolid, 23/03/1997), más conocido como “Pistu”, es uno de los centrales que más minutos ha jugado esta temporada en el Alcorcón B. Su apodo viene desde pequeño cuando en el Valladolid una broma le dejó con ese nombre. Lo cierto es que aquel 'Pistulero', que en edad temprana destacaba con su faceta goleadora, no ha perdido el olfato, dando goles importantes esta temporada al equipo de Diego Montoya, un entrenador con el que se identifica al cien por cien.

Los orígenes de Pistu, aunque nacido en Valladolid, los encontramos allende la frontera española con Francia. Es en el país vecino, a donde su familia tuvo que emigrar por la Guerra Civil, donde nació su madre, concretamente en Nancy. Es por ello que el defensa central pucelano cuenta con la doble nacionalidad: “A mi madre le hacía ilusión”, reconoce al tiempo que comenta: “Tengo media familia francesa y media española”.

Situado a nuestro protagonista, queremos saber de dónde viene su pasión por el fútbol: “A mí siempre me gustaba estar en la calle jugando al balón y además jugaba en mi colegio al fútbol sala”, comienza Pistu quien relata que fueron sus padrinos “los que propusieron a mis padres apuntarme a Fútbol 7 porque era a lo que jugaban todos los niños”. Su primer Club fue la Sur, “un equipo de base histórico de Valladolid”, apunta. Allí estuvo hasta alevines cuando el Real Valladolid llamó a su puerta.

En el Valladolid, Pistu pasó diez años. Un tiempo más que suficiente como para dejar poso: “Cuando estas diez años en un sitio te forman como persona y como jugador. He tenido compañeros y entrenadores que me han enseñado a ser constante, trabajador, a que en el fútbol, como en la vida, se reciben muchos golpes y hay que estar preparado y ser fuerte para superarlos”, explica.

Una década de formación y de crecer deportivamente que le llevaron a ser una pieza importante cada temporada: “Los entrenadores me mostraban su confianza pero llegó un momento en el que tuve que empezar de cero”, cuenta un nostálgico Pistu quien reconoce que “fue difícil afrontarlo pero tenía que seguir hacia adelante”. El futbolista vallisoletano, que pasó al centro de la defensa nada más llegar al club blanquivioleta, reflexiona: “El fútbol no se acaba en ningún club, es un mundo muy difícil pero con muchas posibilidades”.

Finalizada la etapa juvenil, Pistu tuvo que cambiar de aires y, un viejo conocido de nuestro Club, el Zamora C.F. se cruzó en su camino: “Salí con 18 años e ir a una ciudad y a un Club como Zamora es para estar muy agradecido”, asegura el de Pucela quien confiesa que para él fue una gran experiencia su paso por el Ruta de la Plata: “Me tuve que acostumbrar a trabajar con gente que ya superaba los 30 años, que tienen trabajo e hijos. Tuve que adaptarme y madurar”, sentencia el defensa quien afirma que “en un año maduré más que en los otro diez en Valladolid” y cuenta que “vi lo que era el fútbol, tener una afición y una infraestructura detrás, presión de la prensa, que tienes un objetivo que cumplir… te sientes futbolista por esas situaciones que con 19 años no se suelen vivir. Fui un afortunado”, recalca.

Pero rememorar su paso por Zamora no es lo único que saca una sonrisa a Pistu. La pasada campaña formó parte de la selección de Castilla y León que representó a España en la Copa de las Regiones de la UEFA. “Me pilló de sorpresa, no lo esperaba”, reconoce Pistu quien reconoce que estaba centrado en “jugar minutos en tercera e intentar volver a un filial porque pienso que a mi edad es el camino más corto para ser profesional”. Sin embargo, el hecho de haber formado parte de las selecciones inferiores de su región hacía que los entrenadores le tuvieran en cuenta pese a su juventud: “Conocía a los entrenadores y sabía que en la Federación de Castilla y León me tenían en cuenta por la trayectoria que había tenido”, explica el central quien recuerda que la llamada se produjo por “un compañero que no pudo asistir a un entrenamiento y tuve la suerte de ir. Di el máximo y el míster, que siempre había confiado en mí, apostó por mí en vez de ir a lo fácil que era contar con alguien más veterano”. Pistu viajó a Bulgaria y a Turquía, a jugar la Fase Final: “Una de las experiencias más bonitas que he vivido en el fútbol”, asegura.

Entre tanto llegó la A.D. Alcorcón: “La llamada del Alcorcón me hizo mucha ilusión, Javier Hernández me dijo que me quería y no lo dudé un instante”, cuenta el defensa castellano quien conocía a la entidad alfarera pues se da la curiosa circunstancia que en aquel partido en Valladolid en el que la A.D. Alcorcón se quedó a un gol del ascenso a Primera División, Pistu fue recogepelotas. En su llegada a su nuevo destino, Pistu se encontró “con compañeros que me acogieron muy bien, he hecho muy buenos amigos y para los que venimos de fuera facilita mucho la adaptación”.

Si por algo destaca nuestro protagonista dentro del campo es por su marcado carácter: “Solo entiendo el fútbol si salgo a ganar, a ganar todas las disputas, cometer los menores errores posibles y eso lo puedo dar con carácter y siendo como soy dentro del campo”, explica Pistu quien reconoce que fuera del campo es “bastante más tranquilo”. El de Valladolid opina que “si fuese de otra manera perdería parte de lo que soy en el campo” y relata que “desde pequeño lo he entendido así. El fútbol debe ser algo serio, disciplinado, ordenado, debe seguir unas pautas y creo que es lo que me ha llevado hasta donde estoy, intentando buscar el equilibrio porque no a todo el mundo le gusta una persona dentro del campo con tanto carácter”.

Pese a su posición en el campo, Pistu se ha convertido en un salvavidas para el filial amarillo con goles cruciales a lo ‘Sergio Ramos’: “En la Sur jugaba de delantero y ya en Valladolid, de central, siempre hice algún gol. En infantiles llegué a marcar 16 goles jugando de central aunque son categorías que no se pueden tener en cuenta porque es formación pero este año me está sorprendiendo incluso a mí”, cuenta el autor de cinco goles esta campaña con el filial amarillo. Pistu cree que “es algo que viene del gen competitivo, aprovechar esas segundas acciones, saber colocarme y es lo que me puede ayudar a ver portería”.

Con respecto a una temporada a la que, para el Alcorcón B, le quedan cuatro jornadas, Pistu piensa que “hay dos fases en la temporada. Fran Blasco era un grandísimo entrenador pero con la llegada de Diego Montoya incidimos en otros aspectos porque son dos entrenadores muy distintos y creo que ahí el equipo creció. Ha sacado el máximo de cada uno e interiormente creo que teníamos equipo para pelear por estar arriba pero ser una plantilla joven nos ha penalizado en muchos partidos porque no tenemos la ventaja de tener gente veterana y que sabe controlar ciertos aspectos”, explica el defensa pucelano.

Estudiante de enfermería, Pistu cuenta que “en mi casa siempre han ido antes los estudios que el fútbol” y reconoce que “mis padres me han hecho mucho hincapié porque yo de pequeño era el típico niño que estaba en la calle jugando al fútbol todo el tiempo y que no quería estudiar pero en mi casa siempre primero era estudiar y después jugar y eso que me han inculcado mis padres me han hecho ser como soy ahora”, explica agradecido.

Concluimos con un apasionado de este deporte que relata su experiencia con la misma intensidad que sale a jugar cada domingo. Antes de despedirnos y, en estas alturas de temporada con decisiones por tomar, Pistu apunta que “aquí estoy muy contento, me gusta trabajar con el míster porque creo que entiende el fútbol como lo entiendo yo”, aunque, sentencia, “como jugador egoísta uno siempre quiere mejorar y seguir creciendo”.